Vacío

Aún quedaba la visita de este fin de semana para terminar el mes de Abril. Un mes que me deja completamente agotado. Yo creo que no he tenido nunca tanta actividad tan seguida en tan poco tiempo. Debería empezar a chutarme algo para aguantar, porque aquí la gente sale 6 días a la semana y siguen vivos.

Para el puente de mayo se perfilaban un par de viajes, pero hay que descansar y, sobre todo, hacer algo del proyecto, que hay que recordar que era el fin último del Erasmus. Lo que pasa es que ahora me noto vacío, exprimido cual naranja valenciana. No es sólo el sentido físico, que se pasa con dormir bien un par de noches, también deja el ánimo tocado, y eso ya lleva más tiempo. He visto a mucha gente que no volveré a ver en al menos 2 meses, puede que más, y sé que les voy a echar de menos.

Pero sobre todo la sensación tan repetida de que falta algo en el puzzle. Viene y va, pero después de dormir dos noches (sólo dormir) con alguien que siempre (y ya son muchos años) ves inalcanzable se hace duro.

Y mañana a levantarse y a olvidar, que aquí queda poco tiempo, como para andar desaprovechándolo en pensamientos que al final no llevan a ninguna conclusión útil.

Ratón

Por si tenía alguna duda de si vivía apartado del centro, y después de ver ciertos animalitos silvestres (al menos se les ve sobre todo en el campo), ayer, otra vez volviendo tarde por la calle desierta me encontré un ratón de campo. Estaba el tío ahí afanado en conseguir bellotas, o nueces, o algún tipo de fruto seco para llevárselo a la madriguera. Lo que me faltaba por ver, aunque lo próximo tal vez sea una cebra cruzando la carretera.

Viaje al Norte

Para completar las 2 semanas más activas del Erasmus quedaba el viaje a Estocolmo y el barco a Helsinki. Estocolmo espectacular, todo el mundo me decía que era bonito, que me iba a encantar, y la verdad es que no exageraban. La arquitectura es diferente en cada parte de la ciudad, que está como dividida en pequeñas islas. El único museo al que entramos fue el del Vasa, que es un barco hundido reflotado, y la verdad es que nos tiramos 2 horas allí, y eso que parece pequeño. El tiempo muy bueno así que pudimos recorrernos casi toda la ciudad paseando, lo cual es muy recomendable. La noche en la ciudad es un poco elitista, porque allí llegas, te pones en la cinta para entrar a los locales y literalmente te eligen. Es como una lotería para ver quien entra según la pinta que lleves.

El barco, que tenía fama de "Love Boat" pero versión escandinava, se quedó con la fama nada más. Muy grande y muy entretenido, eso si, con casino, restaurantes, discoteca, actuaciones de grupos, y mucho ambiente. Lo más espectacular fueron los paisajes que se veían al salir de Estocolmo, las puestas de sol y... ¡el jacuzzi!. Sauna y jacuzzi por 5 euros, tirado. Esto del Erasmus ya no es lo que era, con penurias económicas, comiendo chopped a diario y durmiendo 5 en una habitación.

Así que hoy descansando de todos estos días, ayer durmiendo 13 horas, y después a un cumpleaños, que aquí ya no se respetan ni los martes. Aquí dejo la foto del atardecer sobre Finlandia, desde el barco.

Pagafantas

Supongo que todo el mundo sabe lo que es un pagafantas, debido al famoso vídeo y a que el término es bastante explícito. Pues esta mañana me ha entrado esa sensación al menos por un momento, porque me he puesto a hablar con la danesa clasificadora, que hoy tenía el día simpático. Sin saber cómo ha salido el tema de sus estudios el año que viene, y que se iba a ir a Argentina en lugar de a España a aprender castellano. Como la página de la universidad no tiene parte en inglés para estudiantes en inglés me he ofrecido a traducirle lo que necesitara, y nos hemos puesto a echarle un ojo. Y es ahí cuando me he visto a mi mismo como el típico clever que ayuda a la chica mona y que al final sólo consigue un "qué majo eres!" y se mete en el coche del capitán del equipo de fútbol americano. Lo mejor ha sido intentar explicarle la situación a una compañera belga en inglés. Aquí es cuando ha surgido el término "Fantapayer".

Para luego continuar con el día primo, esta tarde me he ido a la máquina del pasillo a coger algo para picar. A la vez llegaban 3 chicos a la máquina de cafés de al lado. Meto el dinero y pulso el número: fila bloqueada. Bueno, le pasa mucho así que pruebo otro, y lo mismo. Así hasta 4 cosas diferente, así que le meto una patadita de esas de frustración. Amablemente los chicos me dicen que si necesito ayuda, les comento lo que pasa y uno muy decidido va a la máquina a probar. Y el muy cachondo mete un un código al azar para probar, y han salido unas bolas que sabían a regaliz negro (que no lo soporto). Me le quedo mirando en plan "¿pero tú estás gilipollas?" y le digo que eso no era lo que quería, que para hacer eso recuperaba mi dinero. Así que el hombre todo arrepentido me dice que me lo paga, pero como hoy era el día del pringao le he dicho que ya que ha intentado ayudarme que lo dejara, que daba igual, que yo le pagaba la fanta...

Jornadas intensivas

Si el finde pasó rápido, el resto de la semana más aún. De vuelta a preparar presentación para el proyecto (otra más) y cuando por fin me la quito, recibo visita (muy esperada). 2 días y medio de anfitrión en la ciudad, y desde luego que la visita ha respondido a las expectativas. Mucho pateo, mucha visita y mucho ambiente nocturno. Eso sí, las secuelas físicas tardarán un par de días en pasarse. Como siempre muchas anécdotas, muchas frases para la historia (y ya van unas cuantas) de esas que sólo tienen gracia si las cuentas entre los que conocen el origen. Muy mítica la cena en el restaurante indio, ya he decidido que jamás volveré a pisar uno, porque ya me la han liado dos veces, y no pienso caer una tercera.

Por fin tengo un trípode para la cámara con el que poder hacer esas fotos tan artísticas que tengo en mente, pero que la logística de los viajes me impide llevar a cabo. Un gran regalo, del que espero poder sacar mucho provecho.

Y en 2 semanas vuelta a empezar, que recibo más gente, y voy a tener que comprarme un micrófono y llevar un cartelito como los de las agencias de viajes. A ver que nos depara la siguiente.

Madrid express

Ha pasado el fin de semana que ni lo he visto. 3 días y medio en Madrid que han cundido como pocas veces. Así si. Ir a Madrid de vacaciones es otra historia, ahora entiendo mejor a la gente que viene de fuera y dice: "Si está muy bien, tienes de todo y hay mucho ambiente".

Después de 2 meses se aprecian las diferencias entre ciudades: mucha más gente en Madrid, más apretados, más movimiento. Al llegar el Sábado al centro comercial pensé "que bajito es todo el mundo", acostumbrado a las alturas nórdicas, el español medio sigue siendo Alfredo Landa. Y el Sol brilla de otra manera. Bueno, rectifico, brilla, que ya es bastante. Y volver a dormir en tu camita, que mamá te prepare una buena paella, probar las tapitas, las cañas, ver a las niñas en las terracitas... Eso si que echa de menos.

Y si ha pasado tan rápido es porque ha merecido mucho la pena. Me ha faltado gente por ver, pero ya no tenía más tiempo disponible. Así que dentro de 3 meses los que falten que pidan hora.

El Show de Truman

A veces me da la sensación de que vivo en "El Show de Truman", porque parece que se repiten ciertas secuencias, y que la misma gente está en los mismos sitios. Sé que esta una ciudad más pequeña que Madrid, y que las coincidencias puede que sean más probables, pero es que parece que no tienen gente y siempre ponen la misma.

Por ejemplo, ayer fui al banco donde abrí la cuenta hace como un mes. Ese día, a mi lado, atendido por la misma chica (no de la caja, encima era de las que salen de dentro de la sucursal) había un asiático (porque no sé si era chino, japonés, filipino, o vete a saber) abriendo también una cuenta, qué casualidad. Pero es que ayer estaba el mismo tío atendido a la vez por otra cajera en el mostrador de al lado. Mira que habrá sucursales del banco este por todo Copenhague, pues tiene que estar en la misma y a la misma hora.

En la parada anterior a la última de mi línea, ya me ha pasado a diferentes horas, siempre se monta una chica morena, que a su vez estaba en la parada el primer día que fui a comprar ahí. Y siguiendo con los buses, los últimos jueves por la noche he cogido el mismo bus para ir al metro. Está vacío, nunca hay nadie, sólo un señor que no falta a su cita semanal (o diaria, no lo sé porque sólo voy los jueves). Pues ayer me lo encontré también por la mañana pero en el otro sentido.

Me parece lógico encontrarte a gente en tu barrio, o en la universidad, o en la residencia, pero que te vaya pasando por toda la ciudad empieza a hacerme volver a mis pensamientos conspiranoicos. Menos mal que mañana vuelvo a Madrid por unos días y es más complicado que me pasen estas cosas... ¿o no?.