lunes, 29 de septiembre de 2008

Conversaciones pendientes

Con los años quedan conversaciones pendientes. Y una noche, por ahí, desinhibido, pues surgen, y las cosas se hablan con mayor naturalidad de lo esperado. También con el tiempo transcurrido se ve todo con otro ángulo, entiendes las circunstancias, y comprendes mejor otros puntos de vista. Ayuda también que la otra persona tenga una mentalidad abierta y que haya cierta conexión en las ideas que piensa cada uno, porque facilita la comunicación y todo parece más sencillo. Incluso hablar temas comprometidos, como situaciones embarazosas, o momentos en los que cuesta valor lanzarse, se ven desde una perspectiva más madura, menos problemática.

También sirve para darse cuenta de los errores propios, de que uno cree actuar para 2, y sólo actúa para uno mismo, de que a veces no es bueno poner la venda antes de la herida, de que hay que racionalizar lo justo, no más de la cuenta. Y así las cosas se hablan y se queda uno más agusto, se contestas preguntas pendientes y uno se libera de la carga que llevaba por iniciativa propia.