jueves, 26 de abril de 2007

Derechos de autor

Una recomendación para un tema como el de los derechos de autor, cánones, propiedad intelectual, etc. Es un libro de hace un par de años, pero que trata los temas muy claros y que tiene total validez actualmente.
El autor se llama David Bravo y es un abogado que está implicado en estos temas muy activamente.
Es largo, pero ya digo que se lee bien y que presenta teorías muy interesantes, y hace ver claramente como son las empresas discográficas, sus objetivos y su lucha por mantener su modelo de ¿negocio?.

Aquí os dejo el enlace de una página donde se puede descargar:

http://elastico.net/archives/005194.html

lunes, 23 de abril de 2007

Masas

Este ha sido un fin de semana de "masas". Concierto (pequeño, eso si), compras y partido de fútbol, así que he podido comprobar varios comportamientos curiosos que realiza la gente cuando se encuentra en colectivos realizando una misma actividad.

En los conciertos se pierde el miedo a cantar, ya que como realmente no se te oye con todo el mundo cantando lo mismo a la vez, tu voz se pierde entre los decibelios. Así que te desgañitas profundamente en la parte que te sabes, pero el resto de la canción estás callado o tarareando entre dientes. Cuando vuelve de nuevo la parte que te sabes, vas como arrancando y empiezas a cantar cada vez moviendo más los labios y subiendo el volumen. Así hasta que acabas saltando y levantando los brazos como un poseso, llevado por el éxtasis colectivo. Porque si lo haces cuando la gente esta parada porque no se la sabe, te paras, más que nada por la sensación de ridículo. Hay una cosa que creo que no tiene lógica, y es que normalmente te pones lo más cerca del escenario para ver el concierto, y es eso, para ver, porque oírse se oye mucho mejor si estás más atrás. Si te pones a hablar con el de al lado no hay quien se entere, que le preguntas que tal le parece el grupo y te dice: no, es ron, el whisky no me gusta... Además nunca empiezan cuando deben, siempre se esperan un rato para crear ambiente. Como respuesta a esa actitud deberíamos irnos todos cuando digan que es la última canción, y no pedir un bis. Verías si salían corriendo a cantar otra.

Luego están las compras, los supermercados, los centros comerciales. Un gran ejemplo del aborregamiento que cada vez más demuestra el ser humano. Parkings repletos, colas, las mismas tiendas cada X kilómetros en la M-40 (o cualquier carretera de circunvalación de cualquier ciudad), y mucha paciencia. Vas siguiendo el camino que te van marcando con los pasillos orientados, Ikea es un gran ejemplo de ello. Pero en el Carrefour, aunque no te pongan flechitas, acabas pasando por delante de todos los productos y al final has cogido el doble de lo que necesitabas, porque estabas inmerso en esa fiebre consumista que compartes con el resto del supermercado.Todos llevando esos maravillosos carros que se tuercen. Por cierto, ¿alguien ha conseguido meter la cadenita propia del carro para recuperar la moneda sin tener que engancharlo a otro?. Porque intentarlo lo hemos intentado todos, pero siempre le faltan 2 o 3 centímetros para conseguir el objetivo... (como a muchos hombres :D). Y los niños tan monos en esos asientos de plástico , con un bonito respaldo metálico, que quien lo diseñó los odiaba, porque te llevan con el culo plano durante lo que dure la compra, con la espalda helada y laminada gracias a los barrotes, y encima mirando hacia el progenitor en la dirección opuesta a la marcha. Al final acaban yendo con la compra dentro del carro, y pisándolo todo, que los ves y dices: ¿por qué han elegido ese, no había alguno mejor en la sección?. Y cuando van por el suelo es casi peor, porque van cogiendo todo lo que pillan. El otro día nada más cruzarse uno de ellos por delante ya se vislumbraba la tragedia, debido principalmente a sus frenéticas carreras por el pasillo de los lácteos. Obviamente se le acabaron cayendo los petit suise, pero no contento con ello siguió corriendo y al pasar a mi lado, resbaló con la pasta rosada que había quedado por el suelo, y su cabeza pasó a centímetro y medio de la esquina del carro. El padre ya por fin vino a recoger lo que quedaba del niño, que ya viendo la muerte tan de cerca decidió que era hora de dejar de hacer el cafre.
Para acabar con los supermercados nos quedan las colas de las cajas, que empíricamente está demostrado que 1 de cada 3 veces sucede una de estas situaciones:
- La más común: hay un artículo que no pasa y hay que revisar el precio con las de los patines, la de caja central, el interventor y con la banca de "allá tú".
- La caja cierra. Sale una vallita metálica con una señal de prohibido (que menos mal que la ponen, que si no alguno esperaría a salir disparado como en las carreras hípicas, cuando abren a los caballos), y la cajera amablemente te dice que está cerrada. Aquí 2 de cada 5 veces salta un listo que dice: pero si sólo llevo 4 cosas. (Ya, merluzo, pero la cajera tendrá que cerrar algún día y para cuando tú salgas a ella aún le queda media hora para cerrar).
- Una señora mayor decide que es el momento idóneo para, cual operación bancaria, contar toda la chatarra y utilizar a la cajera de notario. "mira a ver si esa es de 20 o de 50, ay hija, es que sin las gafas...". Joder, haber contado antes de salir de casa que allí si que están las gafas.
- Y por último, la cajera es una de esas personas inalterables que pasa cada producto con mimo y dedicación, y mira inmutable la cola que se va formando y las consecuentes caras de desesperación de sus integrantes.

Para finalizar el post, nos queda el fútbol, deporte de masas por antonomasia. Ese "ambientazo" que se crea antes del partido, con borrachos por las calles anexas al estadio, gritos, cánticos, y esas estupendas y musicales trompetitas. Ya se podía haber quedado en casa el que las inventó justo el día que se le ocurrió la idea. Que digo yo, si todo el estadio tuviera una, y sonaran todas a la vez fijo que había un cataclismo, o derribaban un avión como en Perdidos. Tu tienes un piso al lado de la castellana, que vale un pastizal, y todos los días de partido se te monta el espectáculo, es para salir corriendo, o sacar una pasta por el piso a costa de un sordo. Y cerca de los bares, con la gente "reunida" en corros, con sus minis y sus cervezas, aparecen los indicios del neandertal que llevamos dentro. Es como un botellón de cualquier viernes, pero con una cantidad mayor de hombres que de mujeres, lo que acentúa aún más este punto. Mucho rapado, mucha banderita al cuello en plan capa de superman, y uno que enciende una bengala, la sostiene con el brazo lo mas alejado posible mientras tiene el otro cerca con la cerveza, y agacha un poco la cabeza como cuando llueve para que no le den las chispas en la cara. Mientras, el resto de la manada aplaude, levanta los vasos, grita unas cuantas burradas y acaban cantando alguno de sus himnos. Es como un documental pero en plena urbe y en directo. Después la típica pelea con hinchas del equipo rival, que empieza al lado tuyo, se va desplazando y al final solo ves un tumulto al fondo de la calle y te pierdes lo mejor.
Después entras al campo, después de hacer cola, obviamente, y sentadito tienes una visión más general del fenómeno. Todo el estadio aplaudiendo cuando salen los suyos, y silbando cuando salen los otros. Y aquí aparece el típico fenómeno de "quiero ser como...". Los ultras dedicándose bonitas declaraciones de afecto y un tío al lado tuyo, que los observa con admiración y con sonrisa cómplice como diciendo "vosotros si que sabéis", mientras le dedica una peineta (él solo, que es lo que desentonta) hacia el otro lado del estadio, al gallinero donde se encuentran los contrarios. A lo largo del partido es curioso observar como esas 200 o 300 personas son capaces de animar a 75.000, con palmas y gritos, y todo el estadio se contagia de ánimo, como una onda que se extiende hasta abarcarlo todo. Y cuando se grita GOL, el espectáculo es aun mayor, sólo estando en el campo se aprecian esos detalles, en la tele se queda pequeño, y no da sensación de grandeza, pero la tiene. Tampoco se observa por televisión el que se te sienta al lado con el puro, el hincha del otro equipo que tiene que cantar su gol en bajito, el forofo con el gorro de bufón y las campanillas, las azafatas de los palcos... Y luego llega Beckham y saca una falta perfecta, y cuando se acerca a sacar un córner, toda la esquina se levanta y le aplaude, porque aunque uno no sea del Madrid, hay que reconocer que como él no la pone nadie, y la verdad es que el tío tiene fama de conquistador con razón, porque está bien hecho...... bueno, esto último es debido a que uno se mete en el ambiente y... te acabas aborregando también ;)

sábado, 14 de abril de 2007

Descubrimientos

Varios descubrimientos:

- La cerveza en vaso de tubo no es cerveza. Es un cubata venido a menos con sabor a cerveza.
- Las barras libres de cerveza son igual de alcoholizantes que las otras.
- Sólo beber cerveza no evita alcoholizarse, si la cantidad es lo suficientemente amplia.
- Dar vueltas a la manzana intentando minimizar los efectos para poder coger el coche no sirve.
- Tener unos amigos cojonudos que te van a recoger y te llevan a casa no tiene precio.
- No es la cama la que da vueltas, es la habitación la que gira.

Y una reflexión sobre dos descubrimientos: la rueda y el emule (o los peer to peer en general).
El emule es la rueda de nuestra época. Porque ha supuesto un avance en el conocimiento de otras maneras de arte, estén donde estén en cualquier parte del mundo. La rueda permitió avanzar al hombre porque pudo moverse a mayor distancia y transportar mayor cantidad de materiales a mayor distancia, que básicamente es lo que hace la mula digital.
Cuando te subes en el coche hay que pensar que no voy sobre un coche simplemente, sino sobre el producto de la evolución humana y de su manera de transportarse a lo largo de su historia.
Y cuando vas por el campo y haya una finca con burros, no hay que ver un animal que sólo es utilizado para la carga y los duros trabajos, hay que ver la posibilidad de conocimiento de otros mundos y maneras de expresar el arte, de movimiento de elementos entre diferentes usuarios del mundo.

Chinos

Mira que hay chinos por todas partes. Cuando eres joven suelen ser la solución más socorrida para un botellón, porque tienen bebidas, pipas y patatas fritas, que son los elementos básicos para pasarlo decentemente. Cuando eres más mayor, como abren a todas horas (que yo creo que tienen los ojos así de que no duermen) te sacan del apuro de que te faltan patatas, o si necesitas una fregona, o un mando a distancia... da igual, lo tienen todo, y en un espacio increíblemente reducido. Junto al tomate frito está el desengrasante para el coche, o el plumero mágico que absorbe el polvo. Ríete tú de la compresión en Ikea, ¡que aprendan de estos los suecos!.
En los restaurantes al menos si que hay espacio, incluso les cabe la típica pecera con peces raros y gordos, que en todos hay uno que esta pegado a la pared en un beso interminable. Que duro debe ser comer para uno de estos peces, no sé si tendrán otra abertura para la comida, porque da la sensación de que comerán con el culo.
Al menos los camareros son eficaces, porque te hacen lo que les pides en poquísimo tiempo. Que tú en casa sólo para hacer un par de huevos fritos ya te tomas tu tiempo, y ellos en 3 minutos te han hecho los rollitos, el arroz con 10 delicias y le han metido el limón al pollo. Seguro que los funcionarios chinos si que son eficaces, con que trabajen la mitad que un camarero...
Luego están las frases típicas: que si no hay chinos viejos, que si esto es gato, que si no hay higiene, todo son pegas para una gente tan eficaz como ahorrativa en todos los aspectos. Eso si, luego nadie tiene reparo en comerse un perrito caliente de un puesto en una feria regentado por un gordo enorme que lo mismo te cobra con las manos, que te coge la salchicha o la lechuga. Un poco de coherencia por favor. Por cierto, hablando de frases típicas, ¿alguien ha visto algún chino con barba?...
Y para terminar una teoría de las absurdas, pero no por ello menos inquietante. Ahora mismo hay 1300 millones de chinos, y hay 25 países en la unión europea. Si mandarán 20 millones de chinos a cada uno (en algunos ni cabrían) conseguirían llegar casi a la población total (500 millones de europeos), nos habrían invadido y todavía les quedarían 800 millones de chinos para su país, o para invadir otros sitios... ¿a que acojona?.

viernes, 13 de abril de 2007

Primos

El mundo está lleno de primos, pero no sólo genealógicamente hablando, también esta repleto de gente que por inocencia, avaricia o desidia acaba pringando. Es bastante sencillo, siempre hay alguien más "listo" que se aprovecha de las debilidades de los demás, sean cuales sean.
El ir de bueno por la vida al final no sale rentable. Intentas ir de buen rollo, y al final eres el objetivo fácil, porque como siempre intentas estar bien, habrá quien, sólo por joder, por sentirse mezquinamente mejor, te tocara la fibra moral para ver si saltas. Será una coletilla, una frase que hayas dicho, un hecho que cuentas porque crees que no lo utilizaran contra ti, y esa será el arma con la que te ataquen. Lo malo de esto es que el día que saltas encima te dicen que no te cabrees, que no es para tanto, que saltas con nada........ por eso lo mejor acaba siendo saltar a la primera, al menos para dar la razón, y ahorrarte problemas. Porque al final no saltas por no crear mal ambiente, por no estropear una reunión, por no joder una cena, o un cumpleaños. Al final el que suelta la piedra es el que no se lleva ningún reproche, pero si la devuelves ya quedas como "el que saltó".
En un ámbito más general, está lo típico, por ejemplo vas en el coche y dejas sitio con el de delante para no agobiar, y siempre hay un lisssto que se te mete delante, o el timo de la estampita, o como ayer, que sales por ahí, te tomas una cerveza, te devuelven mal el cambio, y por no darte cuenta de primeras la cerveza te cuesta el doble :S
En fin, que al final hay que sacar la mala uva cuando te tocan la moral y hacerte respetar porque al final te cuelgas la etiqueta de primo y a ver como te la quitas...

sábado, 7 de abril de 2007

Semana Santa

La verdad es que cuando tu semana de vacaciones empieza lloviendo, con un viaje de 400 km y sabiendo que cuando llegues te quedan otros 200 para ir a dormir puede que no sea muy alentador, pero luego los acontecimientos se suceden y pasito a pasito se hace más llevadero.

Llegas a al concierto y la cola kilométrica no avanza, más que nada porque a 500 metros se está colando una avenida entera que baja como una riada de gente. Así que le echas morro y te metes tú también, eso sí, a todo el que se cuela después de ti le abucheas y le gritas: ¡A la cola!... menudo morro... Por suerte deja de llover 5 minutos antes de que empiece el concierto y sale Shakira y prácticamente sola llena el escenario durante 2 horas. Y no te crees que te esté cantando en persona las canciones que te sabes de memoria desde hace años, y que has bailado y tarareado mil veces en los garitos. "La pared" y "No" sencillamente valen el precio de la entrada en directo.
Total, que aquello acaba y entre charcos llegas al caótico parking de barro y coches y decides que mejor cenar por allí cerca, que no hay quien saque el coche y mucho menos quien pueda salir del pueblo, porque Torrevieja, por mucho madrileño que haya en verano, es un pueblo. Y 200 km hasta el siguiente punto de parada, con TomTom despertándonos al cantar radares y salvando puntos y euritos.
Por fin el descanso, paseo por la Malvarrosa, arroz a banda mirando al mar, paseo por la copa América (Pijolandia versión naútica), cenita, horchata y a la cama. Y al día siguiente, mirando viajes de novios, te planteas si lo de casarse merece la pena más que nada por el viaje, que ya te da igual tirar la casa por la ventana. Te das cuenta de que posibilidades hay a patadas, y que la mayoría está diseñado para parejas. Porque dime tú quien se hace un crucero por las islas griegas tú solo. Serías el bicho raro del barco. Al parecer hay una cena con el capitán, que seguro que en vez de cenar te lleva al bar y te dice, pero alma en pena, échate una novia y vente con ella, que pareces un garbanzo en una olla de lentejas.
De vuelta a Madrid empieza la otra semana, la de descansar pero ya en casa, que es otra manera de verlo. Es como cualquier otra época, pero el reloj no tiene la marquita del despertador, te da igual cuando te acuestes y miras horarios de actividades un jueves que están antes de las 19h. Así que como llueve aprovechas y vas al cine a ver "300". Un peliculón, con una fotografía acojonante, y que viendo el cómic se queda corto.
También hay una visita a Ikea, que es ideal para ir con pareja... y salir sin ella. Qué desesperación, no hay quien encuentre las almohadas, los taburetes, si querías ver algo y te lo has pasado, vuelve para atrás, a contracorriente, que te miran raro, porque no sigues las flechitas hacia los dormitorios y los salones comprimidos. Lo de buscar en el autoservicio merece mención aparte. Glamour la verdad es que tiene poco, aparte de unos nombres rarísimos, que no hay quien encuentre. Y cuando por fin lo encuentras resulta que lo que tú quieres es lo único de lo que no hay. La inmensa estantería está llena de cajas apiladas, menos un huequecito que es justo tu armario. Ese está vacío, y te dicen que tardarán 3 semanas en traerlo... Total, que te llevas uno parecido en otro color, con nombre similar y tamaño parecido, y cuando llegas a casa descubres que no tiene nada que ver. Tú tan contento pensando que ya tenías el armarito para el baño y resulta que es una banqueta ergonómica de cristal... y vete a devolverlo. Aquello parece la sala de espera de un aeropuerto, eso sí, con tickets como los de la pescadería para que no tengas que pegarte por tu turno, todo un detalle. Menos mal que la tarde acabó mucho mejor, porque al menos el futón es cómodo.

Y para terminar una salida nocturna. Quien me iba a decir que aguantaría 2 horas en un bar donde la única música es merengue, salsa, bachata y reguetón. Será que uno se va haciendo mayor y abre su mente. Ves a la gente que da unas vueltas y unas piruetas que ya dudas si es un garito o te has ido al circo. Que lo ves al principio y mola, pero cuando paran están exhaustos y sudando. Eso si, te dicen que se lo están pasando bomba, que te animes, aunque parezca que acaben de correr la maratón.
Y a lo largo de la noche van saliendo temas y frases para recordar, y una que resume muy bien el aprendizaje en todos los ámbitos de la vida es "el suelo enseña". Montas en bici por primera vez y te caes, y te vuelves a caer, y te haces polvo las rodillas, pero sigues montando, porque cada vez aprendes algo, hasta que sale y mantienes el equilibrio.