4 días

4 días sin currar, porque aquí están en fiestas, y nos dan un mini puente. Dos días a Lleida (antes Lérida), a un pueblo llamado Llavorsí, en el Pirineo, para hacer rafting. Mucho mejor que el anterior, 6 horas en el río, una de ellas tumbadito al sol comiendo, pelea de barcas, abordajes, monitores peleando a remazo limpio... Muy grande.
Después una horita de Spa, con sus saunas, su piscina jacuzzi, su cascada de agua caliente..... Uhmmmm, un día entero a remojo, creo que he encogido y todo.

Luego dos días en casa, descansando un poco, que ya iba tocando. El lunes montando la mesa de Ikea, que daría para un post, porque menudos mecanismos, y luego disfrutando de una buena cena tranquila de arroz con calabacín (si estaría bueno que me lo comí y todo), y un buen postre.
Luego de cuidador de perro durante una noche y un día, con sesión de pedicura, que ya le iba tocando.
Pero sobre todo ralentizar el ritmo, pararse a pensar un poco, para eso han venido muy bien los 4 días. Que con tanto ajetreo a uno se le van pasando ciertos detalles. Ahora a preparar las vacaciones, que empieza el veranito y habrá que aprovecharlo.

Granada

A petición popular aquí va un resumen del fin de semana de semana pasado en Granada.

La verdad es que eso de que la empresa te subvencione parte del viaje, lo hace todo mucho más atractivo. Autocar (no muy cómodo, sobre todo para unas piernas largas), hotel de 4 * en el centro de Granada (en frente del Corte Inglés para quien la conozca), con desayuno de buffet y una visita guiada a La Alhambra por 37,5 €, me parece un precio razonable...

Lo bonito de Granada es que parece una ciudad grande, pero es pequeña, con las ventajas de las dos, y casi ningún inconveniente, siempre estará el tráfico, el precio de los pisos, la delincuencia... pero al menos como turista eso no llama la atención. Llaman la atención las callejuelas estrechas del albayzin, las vistas a la Alhambra que deja cada esquina de sus cuestas interminables y el Paseo de los Tristes, las avenidas engalanadas para el Corpus, el contemplar Sierra Nevada desde casi cualquier calle alta...

Pero lo más típico el tapeo, desde que llegamos hasta el domingo antes de irnos sólo tapas, bueno, y 20 tarrinas de gazpacho Alvalle, que 11 personas en un balcón son una buena influencia para que el de la promoción nos regale una caja entera. Las tapas parece que no, pero acaban cansando, tanta rosca, y tanto bocatita llena, que las últimas casi ni entraban. Eso sí, baratas a más no poder. No creo que haya comido y bebido tanto por menos dinero en mi vida. Y el ambientazo por los bares es tan bueno como lo pintan. Todo cerca y variado. Esto de vivir en una ciudad grande hace que aprecies estas cosas.

Y poco más, 3 días intensos, con visita a la Alhambra, como no podía ser menos, y la gente viviendo más de noche que de día, como "La Fuga". Algunos fuimos un poco nenazas (como bien me han hecho notar en el post de las secuelas del jueves...) y dormimos a horas más normales que otros, pero disfrutamos igualmente.

Por cierto, la foto es desde el mirador de San Nicolás. Es un montaje con 3 fotos que saqué. Está chula.

Secuelas (de un jueves...)

"Vente a tomar unas cervecitas después del partido, que estamos un rato y nos vamos para casa."
Esa es la frase típica que parece no tener importancia, pero que puede acarrear grandes consecuencias. La entrega de premios ya se riega con alguna cervecita (con limón, no vayamos a ponernos ciegos nada más empezar), y poco a poco se va fraguando continuar un poco más, pero ya en otro sitio, lugar habitual de finalización de partidos (que no de celebración de victorias, eso es más complicado). Total, que las jarras van cayendo, los cánticos cada vez suben más el volumen, y el ánimo va creciendo. Comentas la temporada, el veranito, el viaje a Granada (este post, mañana), el curro, lo mal que se ha jugado en la segunda parte... y las jarras siguen pasando por delante como un desfile de zumo de cebada.

Así que te acabas liando la manta en la cabeza y todo el mundo al garito más cercano para terminar de arruinar lo poco que podíamos dormir antes de ir a currar. Al menos el sitio estaba bien, con diferentes tipos de música y un ambiente más que decente. Y después de un vodka en vaso de tubo, le pido al camarero un mangaroca con fresa (si, es una bebida de niñas, y qué?, a mi me gusta) y me mira con una cara como si le hubiera pedido cuarto y mitad de chopped. Entre risas le pregunto que si se lo piden poco, sólo le falto enseñarme la fecha de caducidad de la botella después de quitarle las telarañas. La verdad es que el tío era simpático y.... ¡me lo puso en vaso ancho!. Eso no se paga con dinero (5 euros la copa y me la llenó hasta la mitad, se nota que era jueves y no estaba aquello lleno). El mejor momento de la noche cuando sonó "Años 80" de Piratas, que después de media hora de salsa y reguettón ya tocaba algo decente.

Y poco más, hasta Colón en modo taxi dejando gente, y a casita, que aún podemos dormir 3 horas y llegar a las 10 a currar. No es mala hora para un viernes...

Veintitantos

Aprovechando un post de Operador una pequeña reflexión sobre esta edad, que es la que le he dejado como comentario:

Veintitantos, esa edad en mitad de todas partes.
Ya no eres un crío, pero tampoco un adulto.
Ahora tienes que hacer todas esas cosas que no te dejaban hacer cuando eras pequeño...
... y hacer todas esas cosas que te dicen los que ya han pasado por aquí y no hicieron.
Vas probando todo lo que puedes, pero con la incertidumbre de pensar que lo que elijas te acompañará siempre.


De las reflexiones me quedo con …no importa que te rompan el corazón porque ya sabes reconstruirlo…, pero con una corrección, y es que al reconstruirlo, tal vez decidas ponerle un pegamento demasiado duro, y no dejes que nadie se acerque lo suficiente por si te lo rompen.