Jornadas intensivas

Si el finde pasó rápido, el resto de la semana más aún. De vuelta a preparar presentación para el proyecto (otra más) y cuando por fin me la quito, recibo visita (muy esperada). 2 días y medio de anfitrión en la ciudad, y desde luego que la visita ha respondido a las expectativas. Mucho pateo, mucha visita y mucho ambiente nocturno. Eso sí, las secuelas físicas tardarán un par de días en pasarse. Como siempre muchas anécdotas, muchas frases para la historia (y ya van unas cuantas) de esas que sólo tienen gracia si las cuentas entre los que conocen el origen. Muy mítica la cena en el restaurante indio, ya he decidido que jamás volveré a pisar uno, porque ya me la han liado dos veces, y no pienso caer una tercera.

Por fin tengo un trípode para la cámara con el que poder hacer esas fotos tan artísticas que tengo en mente, pero que la logística de los viajes me impide llevar a cabo. Un gran regalo, del que espero poder sacar mucho provecho.

Y en 2 semanas vuelta a empezar, que recibo más gente, y voy a tener que comprarme un micrófono y llevar un cartelito como los de las agencias de viajes. A ver que nos depara la siguiente.