Otro año más, pero no igual
Ha sido un cumpleaños corto, sólo 23 horas, se nota que saben que no me gusta. Tiene su parte bonita eso de tener un día al año para ti, pero es que para mí es un día más. Y si hacemos el resumen ahora mismo soy un Erasmus, en paro, con 27 años, y al que le cuesta cocinar algo que no sean pasta, arroz y tortillas. Que típico, el día de tu cumpleaños haciendo balance y resumen, como si tuvieras que rellenar un informe. Pero este ha sido un cumpleaños diferente, en otro país, y en una situación totalmente distinta a todos los anteriores. Así que para terminar de redondearlo hoy he aprovechado para hacer algo que no podía hacer en Madrid: ir a la playa. No hacía día como para bañarse, ni mucho menos, ni siquiera para meter los pies (aunque el agua estaba menos fría de lo que esperaba), pero si para pasear un poco por la arena y mirar el mar, que siempre relaja y ordena los pensamientos. Además hemos ganado una hora de luz, lo cual aquí es un lujo, y ahora el anochecer se alarga dejando disfrutar un poco más de las tardes.
Lo bueno es que ahora lo tengo cerca, al menos por unos meses, y los días y el clima irán a mejor, espero, para poder aprovechar y dar más paseos, pero esta vez sin zapatillas y con pantalones cortos.