Como se nota que se han acabado las vacaciones, sobre todo al salir de noche. Ya están otra vez todos los garitos abiertos (o casi todos), y todos llenos.
La opcíon era Huertas, que El primero era el típico garito-trampa. Es decir, está todo oscuro y con una luz difusa, que si te lías con alguna al salir te puedes llevar un buen susto con la luz de la calle. Además te cobran por la entrada 6 euros, con una copa que es garrafón de lo peorcito. Te llenan la copa hasta la mitad de Brugal, no te cobran el euro adicional (que es costumbre al menos en Madrid, será el impuesto por los viajes masivos a Punta Cana) y te acercas a la copa y no huele a nada. De hecho te la bebes y tampoco sabe a nada.
Cuando ya te has cansado del calor húmedo y pegajoso, y de la falta de oxígeno (como si escalaras el Himalaya, pero con mucha gente sudando e intentando bailar salsa y canciones del verano a tu alrededor) sales a la calle buscando otro sitio donde te timen. En esa búsqueda es difícil encontrar el sitio adecuado, porque como no ves como están por dentro te arriesgas a que estén igual de llenos. Mientras tanto lo típico, una pelea de ¿enamorados?, gañanes gritando por las calles, muchos RRPP que te ofrecen sus tarjetitas (casi todos argentinos, allí sólo deben estudiar psicología y publicidad de locales de ocio), y lo de siempre... un moro delgadito de estatura media con un cinturón en la mano, haciéndolo girar a modo de látigo con la hebilla en la punta, mientras un negro de 2x2 y unos brazos como mi pierna es sujetado por un amigo para evitar un enfrentamiento, digamos, desigual.
Por fin llegas a un sitio interesante. el
Dark Hole, un
local de ambiente gótico.
Flipante, para alguien que está acostumbrado a ver lo mismo
prácticamente en todas partes, con música de
Bisbal y Paulina Rubio, la verdad es que choca lo suyo. Me quedé con ganas de llevarme a casa (sólo como juguete, no en plan ligue, que luego hay malentendidos) al de la plataforma que iba sin camiseta. Se las sabía todas, daba igual el estilo, la época, o que estuvieran en inglés o en alemán. Las cantaba y las bailaba que lo vivía el tío. Estuve a punto de proponerle que hiciera
muñequitos suyos en plan
Elvis para llevarlos colgando en el retrovisor del coche. La gente del local debía llevar en ropa cada uno lo que yo gano en 1 mes. Eso si, un
ambientazo, allí cada uno a lo suyo, ni un mal rollo. Muy recomendable como experiencia, y con la música me llevé una sorpresa también agradable, no era todo el rato
Rammstein, que era lo que yo me temía. Así que en vez de aguantar 10 minutos que era lo que suponía, nos tiramos 2 horas, hasta que ya tocó retirarse.
Menos mal que nos quedaba aún algún euro, que por poco no pagamos el
parking y me veo allí dirigiendo el tráfico con los conos toda la noche. Se notaba que estábamos todos, aún quedaban coches allí y eso que eran las 5:30. Y más se ha notado esta semana por las mañanas, ya hay que salir antes, esperar más cola en las incorporaciones y dar más vueltas para aparcar, y eso que no han empezado los colegios...
¡Feliz vuelta a todos!