Turismo

Ayer debía tener cara de punto de información, y de tener mucha pasta. Me pidió un rumano en el tren, que cuando me dio un cartel en danés le dije que no entendía, le dije que era español, y me pidió dinero en castellano, es lo que tiene la globalización. Luego 3 personas distintas me preguntaron por direcciones del tren y por una oficina de correos. Y después haciendo turismo me volvieron a pedir unos moros. Lo dicho, debo tener cara de rico y de bien informado.

Por fin he visto la Sirenita, que la verdad, está a tomar por saco de cualquier cosa turística. Casi te la pasas si vas paseando por la orilla, pero bueno, es lo típico y hay que verlo. También un museo lleno de cuadros y esculturas, que algo de cultura no viene mal y un palacio con armaduras y las coronas de los reyes daneses. Mucho patear, mucho ver calles, y muy mal tiempo. Pero al menos la visita hace que se haga todo más llevadero. Por cierto, el sofá-cama muy cómodo, y sobre todo contando con lo que me costó, que lo voy a contar. El vecino se iba y lo vendía por 200 coronas (algo menos de 30€). Me pasé a verlo por la mañana pero lo vi muy grande, y por ese precio dudé, pero no me decidí. Por la tarde se va el tío y deja el sofá y la mesa de comer en el descansillo. "Volverá por la tarde" pensé, pero no, se fue dejándolo ahí porque no debía caber en el ascensor. Esperé el tiempo mínimo de 24 horas y como no lo recogía, pues para dentro. Esto del Erasmus te convierte en una pequeña alimaña que te hace rapiñar todo lo que veas útil, y que te hace mirar los candados de las bicis vayas donde vayas, por si alguno está abierto y puedes "reciclar" la bici.